No se trata de que los niños aprendan a leer sino de que quieran leer. Ana María Vallarino
Ser un buen lector requiere de práctica, por eso es importante que los padres promuevan que sus hijos lean en casa en su compañía.
Si los padres leen con sus hijos, aumenta la probabilidad de que éstos continúen leyendo por sí solos en el futuro.
Se propone que en las aulas y en los hogares dediquen 20 minutos diarios a leer con los niños.
Se sugiere que los adultos lean en voz alta los primeros 5 minutos, con la finalidad que una lectura experimentada y adecuada vaya acercando a los niños y jóvenes al mundo de la lectura (si los padres no saben leer, si pueden, sin embargo, escuchar la lectura de sus hijos y conversar sobre lo leído.
Posteriormente, el niño o joven deberá leer en voz alta durante los siguientes 10 minutos.
Al finalizar la lectura, se recomienda que, por lo menos durante 5 minutos, los adultos platiquen sobre la lectura para que los niños conversen sobre lo que han comprendido.
Es conveniente que por lo menos cada ocho días cuenten cuántas palabras leen sus hijos o alumnos en un minuto y lleven un registro de ello para observar su avance. Programa Nacional de Lectura
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