jueves, 24 de enero de 2013

¿Sabes que es la violencia en el noviazgo?


El Centro Estatal de Alertamiento de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Civil del estado de Guerrero  informa: la violencia en el noviazgo comprende agresiones físicas, como golpes, empujones, sacudimientos, zarandeos, bofetadas, estrangulamiento, relaciones sexuales sin consentimiento. Entre las agresiones psicológicas destacan insultos, prohibición, vigilancia, control de actividades y/o amistades, control excesivo de dinero para los gastos, humillaciones verbales, amenazas de agresión, golpes en la pared, romper objetos personales, ataques de ira y chantaje.


 

 

 

 

El problema de la violencia en el noviazgo no se presenta en la misma tónica ni al mismo nivel en todas las relaciones. Algunos casos registran únicamente violencia física, otros sólo violencia psicológico y otros, ambos tipos. Aunque se trata de un problema que no afecta a la mayoría de los jóvenes mexicanos, la gravedad está en que estos casos siguen presentándose en una minoría, lo cual no disminuye su gravedad.

No obstante, queda claro que la violencia en el noviazgo es tan sólo un efecto y no una causa. Es decir, para efectos de política pública, el problema fundamental a resolver no está en que los jóvenes que incurren en ello, cesen de ejercer violencia en el noviazgo. La causa es más profunda y tiene que ver con el desarrollo de estos jóvenes y el contexto en el que se desenvuelven. Se relaciona, sobretodo, con su situación familiar.

De esta forma, la familia, el lugar de residencia y las relaciones sociales, entre otros elementos, influyen en las decisiones de una persona y en la forma en la que se relaciona con su entorno y semejantes.

Es así que la familia es el núcleo a través del cual se puede combatir la violencia en el noviazgo, así como tantos otros problemas públicos que se originan en el individuo, quien a su vez se desarrolló en un entorno que lo influyó de forma determinante.

Las personas, y naturalmente los más jóvenes, buscan vivir en pareja. Es un destino natural. Las relaciones humanas y la forma en la que se afronta la vida son quizá los aspectos más importantes que se aprenden en el espacio familiar.

No sorprende, entonces, que las familias disfuncionales o fracturadas por alguna razón, generen nuevas distorsiones en el entramado familiar y social de los individuos que las conforman.

Así pues, la violencia en una relación de noviazgo es tan sólo un efecto de la experiencia previa y formativa del violento. Es una violación más a la dignidad de la persona humana.

Este desorden tiene solución en tanto problema público definido y abatible, misma que comienza en la voluntad de formar jóvenes alejados de la violencia intrafamiliar y de los contextos que a ella contribuyen. La solución, asimismo, nos enfrenta a los padres de familia, a los hermanos y al entorno inmediato del violento. Si nuestra apuesta es la eliminación de la violencia en el noviazgo, debemos procurar en principio eliminar la violencia en las familias. Porque noviazgos violentos generarán familias violentas. Y hoy es un hecho que las familias violentas originan noviazgos violentos. El círculo vicioso puede ser virtuoso, sólo hay que empezarlo desde el origen, y ese origen está en las familias.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario